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¿Qué modelo de gestión cultural requiere México en esta postpandemia?

En la primavera del 2020, en pleno inicio de pandemia, escribí en este mismo espacio los siguiente:

“La pandemia por la que muchos países están pasando en estos momentos, en este caso por el COVID-19, es un pretexto para reflexionar en las consecuencias económicas por las que atraviesan algunos sectores. En nuestro país, aunque aún no lo reconozca la federación, el sector más golpeado es el de la industria del entretenimiento, entiéndase, la recreación, la cultura y el arte y por supuesto el turismo cultural.

Las disposiciones que gobernadores y ayuntamientos han dispuesto para prevenir el contagio masivo del COVID-19, dañan severamente a los bienes y servicios culturales de algunos estados y municipios hasta el día de hoy.

El cierre de bibliotecas, la cancelación de eventos masivos, el cierre de galerías y museos, la cancelación de ferias del libro, así como de salas cinematográficas, dejan a millones de personas que viven el día a día con sus creaciones, producciones y comercialización de sus obras de arte.”

Hoy en esta primavera 2022, todo sigue igual. Hay poca actividad en las agendas, ausencia notoria de público en lo poco que se presenta, apatía en el consumo cultural, en fin parece que seguimos en pandemia.

Pero hay otra realidad, el modelo de gestión cultural que tenemos desde el nacimiento del CONACULTA en el año 1988, y cuyo primer titular fue Rafael Tovar y de Teresa, (q.e.p.d) ha quedado obsoleto.

El CONACULTA -Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, se crea como una estrategia política, para legitimar el triunfo de una elección no muy clara del presidente Carlos Salinas de Gortari, y se crea operativamente como un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Educación Federal. No era claro el reglamento o “Ley” que le daba certeza jurídica. El titular tenía el cargo de presidente del Consejo y hacía las veces de director de la institución. La principal finalidad del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, era coordinar las políticas, organismos y dependencias tanto de carácter cultural como artístico. Realizaba labores de promoción, apoyo y patrocinio de eventos que propiciaban el arte y la cultura.

En el México real, el titular de Educación Pública es el jefe superior del presidente/director del CONACULTA. Pero ese primer titular tenía una cualidad, era yerno de un ex presidente de la república, José López Portillo(q.e.p.d.). Por este pequeño detalle, la institución contaba con autonomía absoluta, la que todos quieren llegar a tener, recursos y apoyo excesivo. Ese modelo de gestión cultural, “funcionó” en esa época y muchos años después.

A finales del año 2015 el presidente Enrique Peña Nieto por decreto presidencial crea la Secretaría de Cultura y curiosamente como primer secretario nombra a Rafael Tovar y de Teresa. En el año 2017 se expide la Ley General de Cultura y Derechos Culturales. Según expertos en la materia esa ley no alcanza las expectativas del sector cultura. Es obvio que una ley elaborada y aprobada en la época del PRI como partido hegemónico, no previó la llegada de la 4T y la permanencia en el poder de un hombre con ideas y datos muy radicales.

Existen   4 modelos de gestión cultural.

  • Donde la cultura no está vinculada al poder político

– El gobierno deja en manos de un consejo el recurso para la cultura y es el 1 % del PIB.

-Los integrantes del consejo son nombrados por el primer ministro a propuesta de grupos colegiados y tienen total independencia en sus decisiones

-Los funcionarios no pueden ser removidos por el presidente no por el partido político en el poder.

Ejemplos: Inglaterra, Suecia, Noruega, Suiza, Holanda.

2)  Donde la cultura está vinculada al poder político.

-El gobierno da un porcentaje del PIB mayor al 1%

-Tiene una estructura centralista y sectorial vinculada a la estructura política

y administrativa del gobierno

-La estructura cancela cualquier tipo de autonomía

-Los nombramientos de sus funcionarios recae en integrantes del partido en

el poder y su permanencia depende de su relación jerárquica con gente en

la estructura gubernamental

Ejemplos:  Francia, Italia, España.

  • Donde la cultura está vinculada a la iniciativa privada  

-Sus recursos los obtiene del sector privado a través de gasto tributario

-Se favorecen a las donaciones filantrópicas otorgando beneficios fiscales

-El desarrollo de proyectos depende de los apoyos privados

-Ni el presidente ni el partido en el poder pueden nombrar o remover a los

directores de los mayores centros culturales

-A mayor recursos mayor actividad.

Ejemplos: Estados Unidos, Canadá.

4)   Donde el gobierno controla la gestión cultural

-La cultura y el arte están supeditados a objetivos políticos

-Se apoya a los proyectos que sean políticamente afines

-Los miembros del partido en el poder toman las decisiones financieras

para apoyar proyectos

-El status de los artistas está subordinado a sindicatos

-Nunca hay suficientes recursos, pues no dependen de porcentajes del PIB

Ejemplos: Rusia, Cuba, Venezuela.

Entonces, cuál es el modelo de Gestión cultural en México? y cuál es el que se requiere?

Algunos podrán decir que el modelo  que otorgue más recursos a los proyectos y la infraestructura, o en el que la cúpula del poder en el gobierno y en el partido no meta las manos en las decisiones en la elección de los funcionarios o quizás el modelo que otorgue la mayor autonomía posible en la elección de proyectos para apoyarlos.

Tenemos una ley de cultura que no se cumple, ni en la Secretaría de Cultura Federal, ni en la comunidad artística. Hay mínimos estímulos fiscales para inversionistas que apoyan la cultura. La actividad filantrópica y mecenazgo es mínima. Los medios de comunicación le apuestan mucho más al deporte que a la cultura y el arte. Hay mucha discrepancia entre los apoyos a las culturas originarias y a la comunidad artística de un estado moderno. Los brazos fuertes de la Secretaría de Cultura el INBAL y el INAH sin recursos y sin proyectos. De la red nacional de bibliotecas mejor ni hablamos. Mucho menos tocar el tema del fomento a la lectura y la compra del libro.

Lo dramático de nuestro sector; los artistas, los creadores, pintores, escultores, bailarines, gente de teatro, etc. no cuentan con seguridad social, no tienen seguros de vida y diversas prestaciones, puesto que no tienen “patrón”.

Las políticas culturales deben ser: Pertinentes, realistas, claras, inspiradoras, coherentes y consistentes. Hay políticas culturales? Hay respeto a la diversidad cultural? Hay promoción de la identidad cultural? Hay participación ciudadana en la toma de decisiones? Hay fomento a la creatividad?

Si tenemos claridad en lo anterior, es momento de hacer que las cosas sucedan. Provoquemos desde nuestra trinchera que la federación defina que política cultural va a aplicar en los estados y municipios. Es momento de dejar de ser espectadores y convertirnos en actores.

Vidal Berrones Murillo

E n f o c a r t e

vidalphotography@yahoo.com

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